El pasado 30 de junio finalizó la vigésima edición de la expedición oceanográfica TUNIBAL, a bordo del buque Ángeles Alvariño, cuyo objetivo ha sido continuar la monitorización y estudio de la ecología de diversas especies de atún durante sus primeras fases de vida en el Mar Balear, un enclave fundamental para especies residentes en el Mediterráneo y especies que realizan miles de kilómetros desde aguas del norte del Atlántico para reproducirse en el Mediterráneo, como el atún rojo.
MANTENTE PUNTUALMENTE INFORMADO DE LO QUE HACEMOS Y RECIBE NUESTRO NEWSLETTER.Del 13 al 30 de junio, un equipo de científicos y técnicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) ha llevado a cabo la vigésima campaña oceanográfica TUNIBAL, un programa pionero que se inició en 2001 para el estudio de las poblaciones de túnidos en el Mar Balear.
En los últimos 20 años se han recorrido más de 20.000 millas, visitando cada año las zonas de reproducción de estas especies y midiendo parámetros oceanográficos, como la temperatura y salinidad del agua, y tomando muestras de agua y de plancton, que permiten caracterizar el escenario ambiental y el estado de sus poblaciones, incluyendo especies de gran importancia ecológica y comercial, como el atún rojo y atún blanco, así como de otros túnidos de menor tamaño como la melva, el bonito, la bacoreta y el listado.
Esta última edición de la campaña ha coincidido con dos eventos climatológicos importantes, por lo que la toma de muestras y datos recogidos permitirá determinar su impacto sobre las poblaciones larvarias de atunes en la zona. Se trata de la temprana, intensa y duradera ola de calor, de casi una semana, que causó un aumento de las temperaturas del agua superficial de más de 3º por encima de la media, y de un aporte de polvo sahariano durante las lluvias, que aumentó el aporte de nutrientes a las aguas superficiales y, en consecuencia, a través de las redes tróficas planctónicas, ha aumentado el alimento disponible para las larvas de atún.
Esta expedición nació para dar respuesta a la demanda de ICCAT, el organismo internacional responsable de la gestión de los túnidos y especies afines en el Atlántico y el Mediterráneo, de profundizar en el conocimiento de la biología y la ecología del atún rojo, con el fin de mejorar las bases científicas en las que apoyar un sistema de gestión que pudiera mejorar la por entonces crítica situación de la especie.
Las aguas de las Islas Baleares constituyen uno de los hábitats esenciales para esta especie, al ser una de sus principales zonas de reproducción, y por tanto uno de los lugares donde tiene lugar su desarrollo larvario en el seno de la comunidad planctónica, un periodo clave del ciclo vital en el que en buena medida se determina la abundancia de esta especie en el futuro y por tanto la dinámica poblacional de la especie. Esta recogida de muestras y datos científicos, y su posterior análisis, ha permitido evaluar con más fiabilidad y precisión la evolución de las poblaciones, y comprender mejor la influencia ambiental en la misma, no sólo de atún rojo sino de otras especies de túnidos, y con ello diseñar medidas de gestión innovadoras basadas en un enfoque ecosistémico, que a su vez han contribuido a logros como la recuperación del atún rojo del Atlántico.
A lo largo de las campañas, que se han sucedido desde el 2001 y se han realizado a bordo de seis buques oceanográficos diferentes del IEO y del Sistema de Observación Costero de las Islas Baleares (ICTS-SOCIB), han participado más de 100 personas, entre científicos y técnicos de diferentes centros del IEO pero también de otras instituciones nacionales e internacionales. Los datos obtenidos han permitido desarrollar más de 10 proyectos de investigación.
Estas investigaciones nos han permitido entender que procesos determinan la supervivencia de los atunes durante sus primeras fases de vida y desarrollar índices de abundancia directamente aplicables a la evaluación y gestión de esas especies e incluso sentar las bases para el desarrollo de modelos predictivos del estado de la población en función de los escenarios ambientales, lo que permitirá abordar una de las mayores incertidumbres de los actuales sistemas de gestión. Además, constituye una excelente plataforma para la monitorización integral del medio marino pelágico de aguas abiertas, por lo que no sólo responde a necesidades de investigación derivadas de la gestión pesquera, sino a la de directivas tan importantes como la Directiva de Estrategias Marinas de la Unión Europea.