España ha asumido el compromiso de proteger el 30% de su superficie marina para el año 2030. Este objetivo se enmarca dentro de la Estrategia de Biodiversidad de la Unión Europea y el Plan Estratégico Estatal de Patrimonio Natural y Biodiversidad, que plantea también como meta la protección estricta de al menos un 10% de la superficie marina del total protegido.
¿TE HA GUSTADO ESTE CONTENIDO? PUES... ¡TIENES TODOS NUESTROS PROGRAMAS COMPLETOS AQUÍ!Uno de los ponentes ha sido Txema Brotons, director científico de TURSIOPS que ha presentado la propuesta de declaración para crear un Área Marina Protegida en la zona norte de Menorca dónde está comprobado que es un área de cría de cachalotes. Al terminar con su intervención se unió a la mesa redonda moderada por Irene Estaún, ambientóloga que actualmente trabaja en el desarrollo del proyecto INTERREG EuroMED ARTEMIS, centrado en la restauración de posidonia y en la evaluación de los servicios ecosistémicos, en la que han participado Victor Carretero, responsable de la línea de medio marino del GOB Menorca, que ofreció datos sobre protección en Menorca, y Noelia Hernández, ocean policy consultant de Oceana Europe, que dio una visión más general de la situación de las costas españolas.
Tanto Víctor como Noelia colaboran con la iniciativa MED30 que es un proyecto liderado por Oceana, Fundación Marilles y Ecologistas en Acción, cuyo objetivo es conseguir la protección efectiva del 30% del Mediterráneo español para el año 2030, con al menos un 10% de protección estricta. Dentro de esta iniciativa, Oceana ha liderado un informe sobre la protección estricta actual en aguas españolas y la urgencia de establecer estos espacios marinos de manera urgente para garantizar el cumplimiento del objetivo 10x30.
La conferencia de Txema Brotons ha estado centrada en el trabajo desarrollado para el área de cría de cachalote del Norte de Menorca y cuál ha sido el proceso seguido para comprobar la importancia de esta área.
Durante su intervención el director científico de TURSIOPS ha puesto en contexto el valor ecológico de la especie como regulador de las poblaciones de aguas profundas y minimizador del cambio climático. Además, ha introducido un nuevo concepto en la conservación como el de “cultura no humana”, en referencia a los aspectos culturales intrínsecos del cachalote. “Como animales culturales que son, poseen una diferenciación del lenguaje, que se transmite entre individuos”. Es decir, los sonidos que emiten para comunicarse entre ellos en el Mediterráneo son diferentes a los de sus primos atlánticos. Su conservación no sólo implica la del animal en sí, sino también esos aspectos culturales”, ha explicado Txema Brotons
Brotons ha concluido destacando la necesidad de crear un Área Marina Protegida: “Área de cría de cachalote del Norte de Menorca” (North Menorca Sperm Whale Nursery). Para ello, presentará a las administraciones una propuesta de declaración de protección efectiva que preserve esta área.
Noelia Hernández en su primera intervención en la mesa redonda ha destacado que “la evidencia científica subraya que las áreas marinas bajo protección estricta son significativamente más eficaces que las de protección parcial. Se observa un aumento en la biomasa, una mayor riqueza y densidad de organismos, así como una recuperación más rápida de los ecosistemas. Estos beneficios no solo favorecen al medio ambiente, sino que también aportan un impacto positivo en la economía azul, en particular en las pesquerías y el turismo, generando un entorno más productivo, estable y sostenible en el futuro”.
Hernández ha destacado algunos ejemplos de protección estricta en Baleares como son la Reserva Marina de Interés Pesquero (RMIP) de la Illa del Aire, RMIP de la Costa Noreste de Ibiza-Tagomago y la RMIP de los Freus de Ibiza y Formentera, donde la biomasa y/o la riqueza de especies son notablemente superiores en zonas de reserva integral en comparación con zonas de protección parcial y la zona control.
El estudio de Oceana destaca qué, pese a los avances realizados por algunas comunidades autónomas y el Gobierno central, el porcentaje de superficie marina española bajo protección estricta es mínimo, siendo en total menor a un 0,2%, lo cual está lejos del objetivo del 10% fijado por la Unión Europea.
Entre las diferentes regiones biogeográficas, tan solo un 0,014% de las aguas españolas cuenta con protección estricta, siendo el Mediterráneo la región que mayor porcentaje representa, con un 0,012%. En cuanto a las comunidades autónomas, Baleares destaca por tener el mayor porcentaje de protección estricta, aunque esta cifra representa apenas el 0,005% del total de aguas españolas.
“Estos datos evidencian la necesidad de ampliar las zonas con protección estricta de forma urgente. La expansión de áreas marinas bajo protección estricta no es solo una necesidad ambiental, sino también una inversión estratégica para el bienestar social y económico del país, y especialmente las comunidades costeras”, ha finalizado Noelia Hernández.
Dentro de la situación de Baleares, Menorca es la que mejor posicionada está para cumplir con los compromisos 30X30. Víctor Carretero, responsable de medio marino en el GOB Menorca, ha resaltado que “Si contamos todas las figuras de protección que tenemos alrededor de Menorca, tenemos un 65% del mar territorial con figuras de preservación. Si sumamos la parte marina de la Reserva de la Biosfera entonces tenemos un 100% del mar territorial de Menorca con algún tipo de protección, pero tener algún tipo de estas figuras no es suficiente para alcanzar el compromiso 30X30 ya que se solicita, además, planes de gestión”.
“En este caso, -ha continuado Carretero-, figuras de protección con planes de gestión en Menorca hay un 35%, aunque sería un poco engañoso ya que el canal de Menorca, que sería la extensión más grande sólo tiene un único plan de gestión que prohibe la pesca de arrastre en una zona muy pequeña. Por lo que no se alcanzaría el 35%”.
Según el representante del GOB, Menorca tendría los deberes hechos si se habla de figuras de protección con planes de gestión, pero si lo que queremos analizar es cuántas áreas con máxima protección existen, sólo habría un 0.31% del mar territorial. “Hace unos años llegamos a tener un 0,35% pero se redujo el área de protección estricta de la illa del Aire por lo que sólo tenemos el 0,31% mencionado anteriormente”, ha finalizado Victor Carretero.