Técnicos de los espacios naturales protegidos de los parques de Cabrera y Sa Dragonera han identificado rastros de ADN de foca monje mediterránea, más conocida como Vell marí, una especia en peligro de extinción.
¿TE HA GUSTADO ESTE CONTENIDO? PUES... ¡TIENES TODOS NUESTROS PROGRAMAS COMPLETOS AQUÍ!El Parque nacional de Cabrera impulsará un proyecto de rastreo del Vell marí para determinar la presencia de esta especie en aguas del archipiélago. De esta forma, continuaran los estudios científicos de esta especie en un espacio natural protegido, junto con el IMEDEA, en el marco del proyecto “Spot the Monk”, que significa localiza al Vell marí.
Durante el último año, este estudio ha recolectado muestras de agua de 135 localidades del Mediterráneo, desde el mar Adriático hasta las Islas Baleares y ha identificado la presencia de la foca monje mediterránea en aguas de Cabrera y Sa Dragonera.
El personal de los parques de Cabrera y Sa Dragonera, colabora con el IMEDEA, centros de buceo y guardas de las reservas marinas, para obtener, en dos meses, muestras de diecisiete localizaciones diferentes de estos dos espacios naturales protegidos.
A pesar de que no se han producido observaciones directas, los resultados de las analíticas de agua recogidas en Cabrera y sa Dragonera han determinado la presencia de ADN de foca monje, lo que significa que algún ejemplar ha transitado cerca de estas aguas en, como en máximo catorce días desde que se recogieron las muestras, aunque todavía está en fase de estudio el tiempo en el que el material genético permanece en el agua y podría ser inferior.
El Vell marí es una especie en peligro de extinción y se cree que quedan menos de 600 ejemplares en todo el mundo. En Mallorca hace más de 60 años que la foca monje desapareció de sus aguas, y es que, en Baleares, debían criar en las calas, donde no había depredadores, hasta que, a partir del siglo XIX comenzó una persecución humana que acaba con su extinción.
En 1958 el último ejemplar murió en Cala Tuent y desde entonces ha habido observaciones esporádicas, como en 2008 que se avistó una, aparentemente perdida, en la reserva marina de la Isla del Toro.
Sin embargo, el aumento de avistamientos de foca monje en Italia y en el Mediterráneo central ha hecho pensar a los investigadores que la población podría haber aumentado, tanto en el Atlántico como en la cuenca del Mediterráneo.