Más vigilancia en los fondeos sobre la posidonia

Menorca se convierte en la primera isla en incorporar una embarcación propia al Servicio de vigilancia de la posidonia este verano, que tendrá base en Fornells y estará activa entre el 1 de julio y el 18 de septiembre, periodo en el que más presión náutica sufre la costa.

El Govern balear destinará un total de 16 embarcaciones para cubrir el Servicio de vigilancia de la posidonia, tres de ellas realizarán las labores en la costa menorquina, lo que supone una más respecto a los medios con los que contaban el año pasado, que eran dos embarcaciones con refuerzo de la embarcación del Parque de S’Albufera.

De esta forma, el Govern pretende tener más vigilado que nunca los fondeos de barcos y yates en las costas de las Islas Baleares. “Una actuación que demuestra la necesidad de la corresponsabilidad en la protección de nuestro mar y, especialmente de la posidonia”, declara el conseller de Medi Ambient i Territori, Miquel Mir.

Por su parte, el conseller insular de Medi Ambient i Reserva de la Biosfera, Josep Juaneda, ha valorado positivamente el acuerdo con el Govern para aumentar este servicio de vigilancia y asesoramiento para la protección de la posidonia. Además, “la incorporación de una barca propia desde el Consell da cumplimiento al Decreto posidonia y refuerza la labor de concienciación que hace el propio servicio desde hace cinco temporadas, más imprescindible que nunca ante una masificación creciente del mar como la que se vivió el año pasado en Menorca”, ha añadido Mir.

En 2021, solo 28 de las 120 playas de Menorca pidieron autorización para retirar posidonia, aunque finalmente solo se realizó esta labor en ocho, con un total 196 m3 de fanerógama. Como dato comparativo, en una playa urbana de Ibiza se pueden llegar a retirar 800 m3.

La posidonia retirada de las playas de la isla es aquella que por falta de espacio o por acumulaciones importantes de la misma tiene que ser retirada y destinada a otros usos, exclusivamente tradicionales como son el agrícola o ganadero, o reubicada. En muchas playas se retira de la zona de baño y se vuelve a depositar en la parte posterior de la playa, para al finalizar la temporada de baño retornarla al mar y evitar pérdidas de arena por los temporales de invierno.

“Estas cifras corroboran que retirar el mínimo de posidonia de las playas no tiene solo un impacto muy positivo en la regeneración del sistema dunar, sino que no tiene efectos negativos en la percepción social de las playas”, ha apuntado Mir.