Resumiendo 2024, año olímpico que pone miras en Los Ángeles

Ha pasado volando, 2024 era un año muy esperado por los deportistas y, sobre todo para los regatistas y palistas baleares que soñaban con participar en los pasados Juegos Olímpicos. Unas olimpiadas multitudinarias, que a diferencias de las anteriores deliberadas en Tokio en 2020, se han celebrado muy cerca de casa entre París, Niza y Marsella, siendo además, las primeras tras la pandemia.

En la historia de los JJOO, la vela siempre ha sido una apuesta segura para el equipo olímpico español. Y todos teníamos nuestras apuestas hechas, pues en estos Juegos nos representaban jóvenes promesas con muchísimo talento. Un jovencísimo Nacho Baltasar, regatista del Club Nàutic Sa Ràpita, que con tan solo 19 años ha competido al más alto nivel en sus primeras olimpiadas, en una clase que al igual que él debutaba como clase olímpica en Marsella, la clase IQFoil. Además, una joven y luchadora Paula Barceló, regatista del Club Nàutic S’Arenal, que junto con su compañera Támara Echegoyen se había quedado a las puertas de conseguir la medalla en la clase 49er FX en Tokio y volvía a la carga para resarcirse. Al final, lamentablemente, ninguno de los dos consiguió el preciado metal, pero defendieron banderas Española y Balear como ninguno, llevándose la maravillosa experiencia de haber vivido unos Juegos Olímpicos cerca de casa, rodeados de los suyos, conviviendo con familiares y amigos, apoyándoles muy de cerca. Porque el himno español no sonó en la entrega de medallas de estas clases, pero si la ovación a los nuestros en toda Marsella, con las voces de los centenares de seguidores que se trasladaron hasta allí para seguir de cerca a los nuestros. 

El piragüismo es otro valor seguro para el equipo olímpico español y en esta ocasión han sido las pistas de Niza las que nos han dado las medallas baleares. Por un lado tenemos al imparable Marcus Cooper, que además, fue nuestro abanderado español en estos Juegos Olímpicos de París. Terceras olimpiadas y tercera medalla para el palista del club de Portopetro. Tras una final de infarto, el K4 500 español formado por Marcus Cooper, Saúl Craviotto, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade se hicieron con el bronce. Cooper intentó agrandar su palmarés en K2 500 con su compañero Adrián del Río, pero finalmente, no fue posible. 

La primera medalla del piragüismo español la consiguió otro debutante en unos Juegos Olímpicos, el palista del Reial Club Nàutic Port de Pollença Joan Antoni Moreno y su compañero Diego Domínguez en C2 500. El mallorquín y el madrileño se clasificaron por la mañana en una semifinal programada al milímetro. Sabían que una cuarta plaza en su serie les dejaría en la calle exterior para afrontar la final con las mejores condiciones. En la final, tan solo la pareja china logró una diferencia holgada en meta (1:39.48). Sobre las boyas de llegada, la tirada final se la llevaron los italianos Tachinni y Casadei, que fueron plata (1:41.08) mientras que, los españoles sumaron un merecido bronce (1:41.18) para dejar a la pareja rusa de Petrov y Korovaskhov, que eran favoritos al podio, en cuarto lugar (1:41.27).

Tras estos intensos Juegos Olímpicos de París 2024 todos los deportistas ya tienen el rumbo fijado para el siguiente destino: Los Ángeles 2028. Unas olimpiadas en las que es posible que podamos volver a ver a Nacho Baltasar peleando por la medalla, a nuevas promesas de la vela balear debutando en sus primeros Juegos y a grandes leyendas como Marcus Cooper agrandando su palmarés. Quedan cuatro años por delante, esfuerzo, preparación y todo por definir.